Contextos

Ave de las Discordias en el ‘Nido del Tucán’

Contextos   ✍  Por Gerardo Sandoval 

Este último sábado, en una estruendosa fiesta popular celebrada en el lienzo charro de la familia Ibarría, se oficializó la toma de protesta de Juan Ignacio Calderón Ibarría al frente de la dirigencia local del Partido Verde Ecologista de México.

En los trabajos de organizar a ese partido en las elecciones del 2024, lo acompañarán la ex regidora por Morena, Laurel Carrillo Ventura y el actual regidor, Francisco Sánchez Gaeta, la primera como secretaria general, y el segundo en la Secretaría de Organización del mismo Comité.

Sobre el evento de “los verdes”, en buena medida las atenciones se centraron en la asistencia al coso allá por Mojoneras pero nosotros en particular consideramos de mucha relevancia la presencia de la regidora Carla Helena Castro López.

La misma noche, en tiempo real se difundieron imágenes y videos que hacían lucir atiborrado gradas y corral de la sede. Rara vez en el foco aparecía la estampa de la regidora Carla Castro, al menos hasta antes de su extraño llamado a dirigir un mensaje, lo cual ocurrió cuando la vocera del comité estatal, Grecia Osuna. No fue fácil confirmar la presencia del padre de la regidora, el empresario de la basura Juan Carlos Castro Almaguer.

Bien, recapitulemos la última información sobre el tema. El día 1 de febrero publicamos en este espacio que el ahijado de Ramón Guerrero Martínez, Calderón Ibarría se alistaba para tomar protesta como nuevo presidente del PVEM. “Hemos podido confirmar que el lienzo charro de los Ibarría, allá por la avenida México, está debidamente apartado para celebrar un evento masivo (…) y este próximo sábado 4 de marzo se han propuesto reunir a miles de militantes y simpatizantes (…) Ya se contrató a un popular grupo de Tepic, Vaqueros musical, una garantía que atraerá a miles de simpatizantes”.

Imágenes y videos dan una idea a cualquiera para establecer algún cálculo de la asistencia. Sobran palabras para indicar que son cientos o tantos miles los asistentes esa noche del sábado pasado. Tampoco debatiremos en si hubo o no hubo lleno del graderío. Si nos atenemos en las caras de los nuevos mandamases del PVEM en Puerto Vallarta, tal vez pudiéramos deducir que son otros satisfechos del resultado de su acto político.

Pero regresemos a Los Castro. A media semana, la pasada, supimos por voz de alguien que lo identificó allá Guadalajara, que Juan Carlos Castro Almaguer había buscado a ciertas influyentes personas para plantear su descontento por el relevo de mando en el comité municipal. En términos generales, y dado la consumación del evento que pretendía echar para atrás, todo indica que fracasó en sus pretensiones.

Pero muchos días antes, recibimos informes que nos aseguraban del profundo malestar de Castro Almaguer desde que en este espacio se publicó la noticia de que Carlos Murguía Cibrián pasaría la estafeta del partido al “Muchacho del Sombrero”, el junior Calderón Ibarría. A Castro Almaguer tampoco le simpatizó el dato de que la química Laurel Carrillo sería la próxima secretaria general del PVEM. Por aquellas fechas no trascendía que Sánchez Gaeta tomaría la cartera número tres en importancia.

En honor a la verdad, no sabemos bien a bien qué tipo de telarañas se anidan en la mente del concesionario de la recolección, traslado y destino de la basura en Bahía de Banderas y Tuxpan, Nayarit (Además de Chapala y Metepec, estado de México) que lo llevaron a reprobar el cambio de dirigencia, incluyendo su protesta por la inclusión de Laurel Carrillo.

En la búsqueda de respuesta a lo establecido en el párrafo anterior, podemos remontarnos a ciertos trascendidos ocurridos al calor del proceso electoral 2020-2021. Castro Almaguer ayudó a Laurel Carrillo en su intento de repetir en la candidatura a la alcaldía de Morena y al no lograrlo, juntos saltaron al PVEM. Casi al mismo tiempo, el mismo paso dieron Luis Ernesto Munguía González, Sánchez Gaeta y Calderón Ibarría. El esfuerzo de todos levantó al PVEM, aun nivel que sorprendió a propios y extraños, la razón de que después, los dueños del partido le entregaron las riendas estatales a Munguía.

Luis Munguía era el candidato pero a Castro Almaguer se le culpó de ciertas maniobras que, en vez de catapultar a Munguía, lo debilitaron y Luis Alberto Michel Rodríguez se impuso con facilidad.

En plena campaña, en su calidad de coordinador general de campaña, Juan Carlos Castro instrumentó el golpe a Edelmira Orizaga Rodríguez, quien vergonzosamente fue eliminada de la planilla para abrirle campo a Corina Naranjo, del Partido del Trabajo.

También en este espacio, a media campaña consignamos un dato que nos llevó un año en confirmar por testimonio del aludido. Los jefes de la campaña de Munguía intentaron sacar de la planilla, de menos bajarlo de la posición 3 a más abajo. Por esos tiempos documentamos que la relación de los Sánchez, que por muchos años trascendió hasta los planos familiares, estaba totalmente rota.

Con esos antecedentes no nos extrañó saber en estos últimos días, a la víspera del relevo de mandos “verdes”, Castro Almaguer intentó con todos sus medios impedir el evento del sábado en el lienzo charro.

Pero, también trascendió la semana pasada, que Castro Almaguer había acudido a Luis Munguía para increparlo por lo que él consideró entregarle el partido a sus “enemigos”. Unos días atrás se había dado la noticia de que su hija, la regidora Carla Castro había acusado en el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana ser víctima de violencia política de género y señaló al regidor Sánchez Gaeta y a dos de sus asistentes, de ser los responsables de una especie de campaña negra en redes sociales que la han lastimado como política y mujer.

Dos versiones nos aseguran que del encontronazo de Munguía con Castro Almaguer no hubo acuerdo sino la consumación de un rompimiento. Lo curioso es uno o dos días después, buscó a Munguía, se disculpó y hasta de muy buena gana aceptó la decisión del mando verde.

Por decirlo en otras palabras, Juan Carlos Castro, amenazó con irse del PVEM, quizá buscó acomodarse en otro partido, pero muy probablemente no halló cobijo ni en Morena, y regresó al PVEM. Para convencer de su buen gestó, ofreció hasta retirar la acusación al regidor y asistentes.

Así, cuando nadie lo esperaba en los corales de los Ibarría, allá por Mojoneras, muchos se sorprendieron al escuchar el nombre de la presencia de la regidora, Carla Castro López entre los presentes.

De acuerdo a la tarjeta del orden del día de la asamblea municipal, en razón de las amenazas de Castro Almaguer de irse y no asistir, Carla Castro no aparecía entre los oradores del evento. Sánchez Gaeta tampoco estaría entre los cuatro que hablarían. De pronto, Grecia Osuna, la jefa de prensa del PVEM Jalisco, la mencionó entre los presentes y la invitó a tomar el micrófono. La iniciativa de la vocera “verde” dio pauta a diversos comentarios que la dejan mal parada al no respetar y alterar el programa acordado de oradores. Pero este será materia de un posterior escrito.

Revolcadero

¿Qué podemos rescatar del mensaje dado por el nuevo dirigente del PVEM? Juan Ignacio Calderón Ibarría, pues les habló a todos los vallartenses pero sobre todo a los trabajadores del gobierno municipal, del Seapal, del DIF, a “ustedes que son mujeres y hombres de bien y honestos”, a secretarias, policías, aseadores, bomberos y guardavidas, les ofreció aplausos. Le mandó sus mensajes a la familia Michel antes de rematar con su frase cantada por la afición del minitri de la novena mexicana que unos años se alzó con un campeonato del torneo Williamsport, la del “si se puede”, “sí se puede”.  (Una breve aportación sobre nuestro deporte único; la Little League Baseball World Series de Williamsport, es el más prestigioso torneo mundial de categorías menores). Hubo una arenga bien aplaudida por el graderío verde gritada por “el muchacho del sombrero”. “Llegó el momento, llegó el momento de una alianza ciudadana, aquí no hay chairos, fifís o ninis, aquí somos gente de bien que ama Puerto Vallarta, que se escuche fuerte, que se escuche claro y que se escuche lejos. Desde Las Palmas hasta boca de Tomatlán y desde Volcanes hasta el lienzo charro Ibarría”. Naturalmente, Calderón Ibarría también apeló a su ya muy trillada frase, la del “ni un paso atrás”.******* Y pues bueno, los que ya se animaron asomar la cara son los señores del Movimiento Naranja. Ahora se nos reaparecieron con algo que llaman, de acuerdo a sus publicaciones en redes sociales, “Sábado de Movimiento de la Alegría”. Quién sabe qué diablos será eso, o en qué consisten esas talachas de barrio que nosotros tomaremos como actividades políticos sociales ante la proximidad de un nuevo proceso electoral. A uno de los que aparecen en las fotos le preguntamos al respecto y nos escribió: “Fuimos a varios puntos a pintar bardas. Nosotros estuvimos en San Esteban, Mojoneras, Ixtapa, Aramara y terminamos en Los Poetas. Es para iniciar a activar a los grupos y yo creo que estuvo bien”.******* Cerremos hoy con una mención, la del ex alcalde, de Ayutla y de Puerto Vallarta, y dos ex diputado local, Ramón Guerrero Martínez, el infumable “Mochilas”. Es algo como un adelante porque el asomo de este señor, es merecedor de uno o varios Contextos. Ya abiertamente organiza sus redes de apoyo y hace una semana difundió imágenes de un encuentro que sostuvo con quienes llamó “líderes” sociales. Apenas abrió sus redes a comentarios estas reventaron con reacciones nada positivas para el político de Ayutla. Si tiene el apoyo del gobernador Enrique Alfaro, “El mochilas” no tendrá problemas en ser candidato del MC y de esa manera, en el 2024, los naranjas patasaladas estarán renunciando a cualquier posibilidad de recuperar la alcaldía. Y así, los naranjas le dejarán libre el camino a Luis Munguía y automáticamente se erigirá en el único contendiente real de los morenos. Y también, renovará las esperanzas de Morena, incluyendo un candidato que bien puede ser “el profe de los dieces”, Luis Alberto Michel Rodríguez